domingo, septiembre 28, 2014

Gracias x nada


Para mi septuagésimo cumpleaños, 2006


Quiero ofrecer mi agradecimiento a todos por todo,
y como una muestra de mi aprecio,
quiero corresponderles con mis buenos y malos hábitos
como magníficas joyas inestimables,
gemas que satisfacen todos los deseos que se necesiten y quieran,
muy agradecido, muy agradecido, muy agradecido,
gracias.

Que cada droga que alguna vez consumí
regrese y les produzca efecto,
que cada vaso de vodka y vino que bebí
regrese y les haga sentirse realmente bien,
entumeciendo sus terminales nerviosos,
permitiendo que la natural claridad de sus mentes flote libre,
que todos los suicidios sean himnos de ambición,
gracias porque las malas noticias siempre son ciertas,
que todo el chocolate que alguna vez comí
regrese precipitándose a través del torrente sanguíneo
y les haga sentirse felices,
gracias por permitirme ser poeta,
un noble esfuerzo, fatal, pero la única alternativa.

Quiero agradecerles por la amabilidad y los halagos,
gracias por celebrarme,
gracias por los aplausos ruidosos,
quiero agradecerles por llevarse todo para ustedes
y no dar nada a cambio,
siempre se estuvieron autocomplaciendo,
gracias por explotar mi gran ego
y por convertirme en una estrella en beneficio propio,
gracias porque nunca me pagaron,
gracias por toda la inmoralidad,
gracias por ser malos y rudos
y por reírse en mi cara,
estoy feliz de que me hayan robado,
estoy feliz de que hayan mentido,
estoy feliz de que me hayan ayudado,
gracias, grazie, merci beaucoup.

Que puedan ustedes fumar un porro con William,
y pasen instantes de intimidad con su mente,
más profunda que ningún libro que haya escrito,
les envío un enorme agradecimiento a mis amantes,
hombres hermosos con mentes geniales,
grandes artistas,
Bob, Jasper, Ugo,
que vengan aquí ahora
y les hagan el amor a ustedes,
y que todos mis muchos otros amantes
de sexo totalmente esplendoroso,
innumerables amantes
de fabuloso sexo sin límites
innumerables amantes de fabuloso sexo sin límites
innumerables amantes de fabuloso
sexo sin límites
en la edad de oro
de la promiscuidad
que todos ellos vengan aquí ahora,
y les hagan el amor,
si lo quieren,
que cada uno de ellos los tome en sus brazos
jodiendo
a sus corazones
con delicia,
jodiendo a sus corazones
con delicia
jodiendo a
sus corazones con delicia
jodiendo a sus corazones con delicia.

Que todas las personas que están muertas
Allen, Brion, Lita, Jack
y yo no echemos de menos a ninguno de ustedes,
yo no echo de menos a ninguno de ellos,
no hay nostalgia,
fue maravilloso nos amamos mutuamente
pero no quiero a ninguno de regreso,
ahora, si alguno de ustedes
se siente atraído hacia cualquiera de ellos,
que puedan regresar de entre los muertos,
y hagan lo que sea su voluntad,
que se multipliquen,
y sean esclavos
de quien los solicite,
complaciéndoles en cada capricho y deseo,
(pero no los querrán como amos
porque son demonios),
que Andy venga aquí
y se enamore de ustedes
y haga de cada uno una superestrella,
todos pueden
poseer a Andy,
todos pueden poseer a Andy,
todos pueden poseer un Andy.

Grandes abrazos para los amigos que me traicionaron,
cada amigo se convirtió en un enemigo
más tarde o temprano,
grandes besos para los amores que fracasaron,
me complace que sean aspiradoras
extrayéndolo todo para sus bolsas de polvo,
no son más que un reflejo de mi mente.

Gracias por el problema de la depresión
y por sentirme suicida
todos los días de mi existencia,
y ahora que cumplo setenta,
afortunadamente casi he llegado.

Veinte billones de años atrás,
en el originario caldo de la sabiduría
más allá de la comprensión y de lo descriptible,
algo carente de sustancia se movió ligeramente,
y se convirtió en algo impalpable,
se movió otra vez y se transformó en algo invisible,
se movió otra vez y produjo una partícula y partículas,
se movió otra vez y se transformó en un quark,
otra vez y se transformó en quarks,
se movió otra vez y otra vez y se transformó en protones y neutrones
y en las doce dimensiones del espacio,
pequeñas bolas de fuego de energía ordinaria
trozos lanzados de aquí a allá
en un juego de lucha libre entre partículas,
transmitiendo luz electromagnética
y viajando rápidas, 40 millones de veces por segundo,
hasta donde el pedrusco golpea al agua,
allí es donde empezó el problema,
algo insustancial se volvió algo con sustancia,
¿por qué fue así?
porque algo sin sustancia
tuvo la sensación de estar perdiéndose de algo,
no
lo estaba obteniendo
no lo estaba obteniendo,
no lo obtenía,
no lo obtenía,
impalpablemente no obtenía algo
cuando no había nada que obtener,
aferrándose a una idea acerca de la realidad,
desde la potencial infinitud originaria
hasta la realidad del presente,
veinte billones de años más tarde,
me crearon,
me parieron a mí y a mi estúpida mente que se aferra,
me hicieron a mí y a ti y a mi mente que se aferra.

Que Rinpoche y todos los grandes maestros tibetanos que me amaron,
regresen y los amen a ustedes más,
los amparen con la sabiduría de sus corazones,
los bañen en la compasión omnipresente,
les ofrezcan instrucciones clave,
y que con la entrega de atletas olímpicos
practiquen la meditación,
y con total seguridad descubran la naturaleza verdadera de la mente.

Estados Unidos, gracias por el abandono,
lo hice sin ti,
permítenos celebrar la justicia poética,
tú y yo nunca fuimos,
nunca intentamos hacer nada
y nunca tuvimos éxito,
quiero agradecerte por mostrarme
el rostro de la mente desnuda,
gracias x nada.



John Giorno
La sabiduría de las brujas
Traducción: Martín Rodríguez Gaona
DVD Ediciones, 2008.

domingo, septiembre 21, 2014

Mogoles


-En el interior de la boca el paladar es cóncavo.


-Además, tienen la "tara Gengis Khan" en las manos, es decir que tienen el dedo corazón de cada mano un poco torcido hacia el exterior, en dirección al meñique.


-Verificamos en su boca que estamos norteados al oeste.


-Puedo verificar por mí mismo el origen mogol o no de mis ancestros.


-Les enseñamos a saludar ampliamente.


-"Un poco torcido" se transforma pronto en curva decidida; enviamos a lápiz unas manos dibujadas cuyo dedo sobresale y gira.


-Al acariciar con el índice el interior de su boca, atroz decepción.


-La pronunciación de una d con un paladar cóncavo no es la misma que con un paladar convexo, señala B., nuestro lingüista.


-Una vez determinada su convexidad, hay que retirar de las bocas la coca que las llena.


-Pues la pronunciación de una d no es la misma: "Con coca en la boca, es otra palabra", dicen los etnólogos prudentes.


-¿De qué significación se carga una frase dicha en la coca?


-¿La palabra "gallina", dicha invariablemente en la coca, tiene un sentido idéntico cuando es pronunciada sin ella?


-¿Qué tipo de sentimiento (qué cualidad) añade al discurso?


-¿A partir de una cierta edad, la coca forma parte del aprendizaje de la lengua?


-¿El que habla sin mascar es considerado un retrasado?


-¿Qué implica la separación entra la acción de mascar y la acción de hablar?


-¿El hecho de mascar la coca hablando conlleva un adormecimiento de la lengua?


-¿La lengua adormecida es menos apta para dar la dirección del otro?


El español no tuvo la paciencia de que el indio acabara su frase


o
falsamente orientado por una media palabra todavía hundida en la hipnosis, tomó la dirección equivocada


y
-"¿Es la India? ¡¿Esto es la India?!": asentían en porciones ralentizadas.


Américo, feliz, degustaba la coca, aunque deploraba los fragmentos de hojas que quedaban encajados entre sus dientes.




Nathalie Quintane
Una americana
Traducción: Octavio Moreno Cabrera
Cabezaprusia, 2014.

domingo, septiembre 14, 2014

Dos poemas de Meng Jiasheng


El hombre que oculta el brillo y cultiva la oscuridad

En la foto pequeña que los taxistas
cuelgan como un talismán del espejito,
en el mural pintado bajo una recova
o el póster barato comprado sobre un puente,
viste ese año la cara del hombre sin brillo,
la cara sin brillo con su sonrisa helada.
En la mirada de los burócratas nostálgicos
que caminan al atardecer entre la multitud
por las calles en torno del palacio vacío,
en la voz de los vendedores de baratijas
y el humo de los fumadores silenciosos,
viste la cara y viste también a esos hombres
siguiéndola hechizados igual que un niño
que mira en un vaso las hojas lentas de té.
La viste en calcomanías, tatuajes y remeras
ese año, y pensabas en algo, en alguien.
En quién o en qué: es lo que ahora no podés recordar.




Destino (a Xuehua)

Cómo iba a saber entonces, hace diez años,
esa noche en el cumpleaños de un amigo en común
cuando me dibujaste con el índice de tu derecha
sobre mi palma el ideograma de tu nombre,
que esa marca invisible iba a quedar en mí,
que iba desde entonces marcado igual que un animal
para siempre. Se enfrió lo que me quemaba
y me quedé mudo, mirando por la ventanilla de un micro
los campos pelados del invierno del norte,
pensando en matemáticas, en sumas y restas.
Te perdí el rastro y volví a encontrarlo de vuelta,
y a perderlo y a encontrarlo, una y otra vez:
tenías el pelo más corto, luego más largo de nuevo,
teñido de tal color, anillos en las manos,
y un tatuaje rústico con el nombre de un novio.
Todo esto pudo confundirme en la superficie
pero nunca dejé de pensar en lo que me dijiste esa noche
en el bar: quizás otra vez, en un par de años...
Pasaron diez. Los dos seguimos escribiendo.
Leer tus poemas cada vez más hermosos me da escalofríos,
me emociona. Las hojas están bailando en la esquina
para recibir la primavera, los pájaros cruzan el cielo,
los campesinos instalan en las esquinas de la ciudad sus puestos
con fruta. Envuelto en la humareda leve del té
leo un destino ambiguo en las líneas de mi mano.



Meng Jiasheng
Un país mental. 100 poetas chinos contemporáneos
Selección y traducción: Miguel Ángel Petrecca
Gog y Magog, 2011.

domingo, septiembre 07, 2014

Dos poemas de Mirko Lauer


Tormenta de la introspección
(25 al 29 de agosto, 2008)

La necesidad de desaparecer de su vista

La fuerza gravitacional de su cuerpo distante

La espera del instante secreto en que empiezo a ser desamado

Ella se vuelve menos su propio ser y más el fantasma de mis secretos

Preciso estar fijado para no caer

Pero quiero la libertad de caer

De avanzar hacia lo que ahora ya no es

El terror de desaparecer de un cierto corazón

El pasado se bebe todo el aire del presente

Interrumpir un instante que no se mueve

Arrojado al mundo

Un misterioso temor frente a la fuente de la fatiga

Sobrevivo cerca de una muerte que no se atreve a mostrar su siguiente rostro

Sufrimiento en mí mismo, el cual no termina en otro

Animal grande asustado por la distancia y que espera un perdón sin forma

Hacer un regalo de mi desaparición

Reino de las hipótesis, formas complicadas del miedo

Castrado por una sola palabra orígenes

Presencia, paciencia del dolor, que es una madre

Immer ohne Frage



La cena en el jardín

Almorzarás colibríes
Dioses y hombres de Huarochirí

El diminuto colibrí es comestible, igual lo son
100 colibríes sobre una fuente y luego
Otros 100 brotando de un pastel, como un eructo de agua mineral.
Colibrí-encanto-confusión-velocidad en sus colores
De diminuta cola de pavorreal tan como los suyos.
Una anchoveta voladora. ¿Se me permite?

El menú: Involtini di colibrí.
Silencio aterrado de niños envueltos en torno a los colibríes.
Hummingbirds in the dark fibre
A la velocidad de la pérdida sentimental.

El colibrí evoca lo adorable-inasible. No hay forma de no saberlo
Cuando se desliza una lenta mirada por su lomo.
El colibrí da pasos de aire, como un caballito verde casi negro,
O un único guindón relleno de una sola aceituna.
La cena: un plato yucateca de colibríes ahogados en sopa de limón
& el famoso pastel victoriano de colibrí sans colibrí.

Servidos al final de la tarde entre grandes candelabros,
Brillan tendidos, en una secuencia de largos nudillos
De una mano con demasiados dedos cansados de apretar.
Ayer cuando volaban nadie los podía sujetar.
Ahora un agrio sabor a curvo pico de colibrí perfora mi lengua.
La experiencia no se ha justificado.

¿Voy a seguir comiendo lo sublime? El libro sagrado
Habla de un hombre devorado por mil colibríes
En un gozoso instante.
Un hombre-flor. Un jardín de platos dispuestos para el sacrificio humano.
La última visión es que por fin bajaron
A detener sus alas sobre mi pecho. Tanto los he esperado.



Mirko Lauer
Alcools
Paracaídas Editores, 2013.